¡Muy buenas a todos, aquí Shira! ¡Bienvenidos otro año más a mi blog! ^^ Dios mío, desde el año pasado que no os decía nada, ja, ja, ja, ja (sí, tenía que hacer la broma, lo siento xd).
¿Qué tal estamos? ¿Me echabais de menos? ¡Yo extrañaba mucho escribir, la verdad!
Siento no haber estado muy activa, pero no tenía ningún tema del que escribir... Y como no se me ocurría nada, ¡Ha llegado el momento del nuevo capítulo del fanfic de Morby! :D
Perdón por enrollarme xd, ¿Empezamos?
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Capítulo 4_ La tormenta después de la calma
Ningún despertar es dulce si el día anterior fue amparado con alcohol; como era de esperar, Mordecai dio la bienvenida al nuevo día con un punzante dolor de cabeza y unas ganas terribles de vomitar.
Lo primero que vio fue el techo, de color blanco y algo amarillento por todas las gilipolleces que alguna vez hicieron Rigby y él... Lo segundo, fue la pared, desconchada y maltratada por aquella vez que Rigby se lanzó a bocajarro con el muñeco de lucha.
El olor a café y huevos revueltos asaltó sus fosas nasales, obligándole a incorporarse, despacio. La cabeza le daba vueltas y vueltas, y no podía centrar la vista en un punto fijo.
_ Ugh... Dios, Mordecai..._ Se decía a si mismo, mientras se levantaba de la cama, con mucho cuidado de no hacer ningún movimiento brusco_ no vuelvas a beber en tu vida.
Removiéndose el pelo, el chico peli azul se puso los pantalones (que encontró tirados debajo de la cama) y la sudadera azul celeste que llevaba el día anterior... Antes de bajar a ver de donde venía aquel aroma, se paró frente al espejo del pasillo previo a las escaleras que le guiarían hasta el salón; Efectivamente, tenía una cara de mierda.
Tras arreglarse un poco el flequillo, finalmente llegó al salón, donde atisbó a Rigby sentado en el sofá con una taza de café en las manos. Estaba viendo un programa sobre las mejores bandas de rock del momento.
Al notar su presencia, el más pequeño le miró.
_ Eh... Buenos días_ Dijo algo dubitativo el castaño, aferrando un poco la taza.
_ Buenas..._ Respondió él.
Rigby desvió la mirada al suelo, sintiéndose algo avergonzado o, tal vez, incomodo; Mordecai no comprendía por qué, su memoria estaba muy confusa por todo el alcohol que ingirió.
La televisión llenaba el silencio de la estancia, con una alegre cancioncilla que anunciaba unas nuevas hamburguesas. Cuando ya no pudo soportar la tensión, Mordecai finalmente decidió lanzarse a preguntar.
_ Oye... ¿Qué ocurrió anoche?
El mapache dirigió muy despacio su vista hasta él, con un deje de incredulidad y algo de despecho. El arrendajo sintió un instinto asesino por parte de su amigo que le hizo recular un poco.
_ ¿Me estás preguntando en serio... qué ocurrió anoche?
_ Yo..._ Buscando instintivamente algo donde ampararse, Mordecai se tensó un poco_ No recuerdo nada más que... Margaret acompañándome de vuelta tras la fiesta.
Con algo de violencia, Rigby dejó la taza en la mesita de café, donde habían desperdigadas algunas cajas de pizza de hace unas semanas y algunos panfletos publicitarios del parque. Al hacerlo, se puso de pie.
_ Y vuelta a empezar..._ Murmuró Rigby, con rabia.
_ ¿Qué...?
_ Me tienes hasta los cojones._ Comenzó, girándose hacia él, con un brillo airado en los ojos_ ¿Quién coño te crees que eres para tratarme como un puto juguete?
Mordecai dio un paso atrás.
_ Rigb-
_ No, cállate._ Le cortó, alzando una mano_ Estoy harto de esto. De todo el drama, de lo que siento, de ti... Ya estoy hasta los huevos. No puedo más._ Rigby se dirigió a las escaleras, apartando a Mordecai de un empujón, más fuerte de lo que Mordecai habría esperado. El mapache se quedó quieto en el tercer escalón_ ...Anoche follamos. Viniste completamente borracho y te abalanzaste sobre mí. Eso fue lo que pasó.
Sin saber que decir, el peli azul notó un vacío en el estomago... ¿Cómo era posible que no se acordara de eso?
Cuando por fin se dignó a intentar decir algo al respecto, Rigby ya se había ido al piso de arriba dando un fuerte portazo... Uno de los cuadros del recibidor se descolgó y cayó al suelo, rompiendo el cristal del marco.
Mordecai se giró hacia el cuadro, descubriendo a un Skips agachado, recogiendo los trozos de cristal.
_ ¿Skips?_ El inmenso hombre canoso alzó la vista hacia el arrendajo. Al ver la expresión desorientada del chaval, el mentado suspiró, dejando la decoración maltrecha en la mesa de café.
_ Algo me dice que necesitas consejo..._ Dijo, poniéndole un fornido brazo alrededor de los hombros, haciendo que Mordecai se sintiera infinitamente pequeño en comparación a Skips; El más joven asintió, en silencio_ Bien, pues ven conmigo... Iré a buscar la caravana.
Continuará...
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¡Y hasta aquí por hoy! Siento que es algo (bastante) más corto en comparación a los que suelo hacer, pero pienso que es bastante decente... Esperemos que Mordecai se aclare más adelante xd
¡Ah, por cierto! Si no encuentro ningún tema del que hablar el próximo mes, habrá nuevo capítulo antes de lo previsto... ¡Ya tengo más o menos pensado como seguirá!
En fin, yo por ahora me despido. Un besito... ¡Y nos vemos en futuras entradas! <3
