¡BUUUU! ¡Bienvenidos otro día más a mi blog! ^^ ¡Aquí Shira con el primer (y espero que no último) especial de Halloween!
Llevaba ya un tiempo pensando que hacer para este especial y al final decidí escribir un mini relato de terror que es, además, una pesadilla que tuve hace ya un tiempo... ¡A ver que os parece!
Hoy no me voy a entretener demasiado, ¡Así que dentro post!
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¿Qué hay dentro de la pared?
El bullicio llenaba el salón de baile como el zumbido incesante de los panales de abeja; los pasos de vals, ritmicos y monótonos, deambulaban de aquí para allá sin un momento de descanso... Las señoritas, siempre tan emperifolladas como venenosas mariposas, se pavoneaban y hablaban unas con otras, luciendo joyas caras y muy llamativas. Por su parte, los señoritos hablaban a voz en grito, dando largos tragos al champagne, con las mejillas tan coloradas que daba la impresión de que estuvieses viendo un tomate con cuerpo humano.
En cada esquina del gran lugar, había mesas interminables con copas chatas a rebosar y pequeños tentempies a cada cual más extravagante... Y alejados, en la penumbra de una cortina de terciopelo negra, atisvo al Señorito Hans, que por cierto iba a casarse dentro de un mes con la damisela Verónica, acariciando de forma poco casta a la señorita Holy... Que de "sagrada" tiene bien poco.
Oigo en la lejanía la voz de mi Señora, Regina VonClay, una mujer recta, severa y con la cabeza bien puesta, que no había probado siquiera el alcohol debido a su baja tolerancia... A mi tampoco me sienta bien. Cuando sus gélidos ojos se posan en mi, me hace un gesto airado con el avanico turquesa para que me acerque... No tardo en ir en su busca, ondeando un poco mi falda de sirvienta que, por desgracia, se había manchado cuando a un señorito se le cayó la comida, con tan mala suerte que me llenó un poco.
Su voz suena distante, el alboroto del salón le opaca la voz... "¿Donde estabas? ¡A mi hija se le ha caído un botón!". La Señorita Natalie me mira, ocultando un poco el rostro en el abanico rosado con motivos de petunias... Era verdad, la parte del pecho estaba ligeramente abierto y los jovenes no le quitaban ojo a su escote; podía percivir la vergüenza de la Señorita Natalie aun sin poder verle bien el rostro.
"Esto es un atentado contra la dignidad de mi hija." Prosiguió, cerrando de forma abrupta el abanico. "Y eso merece un castigo." Mi vista se fue inconscientemente al ojo de buey que tenía más cerca... El mar... Qué gris y agitado... Hasta ahora no me había dado cuenta de que no solo se movían los pies de los invitados... Si no también la habitación.
Regina me dio el botón, un botón hermoso, con los bordes ondulados que formaban una flor... "Ya sabes lo que debes hacer". El sonido de la sala se me antojaba lejano... Pero seguía oyendo ruido... Un rudio espeso, asfixiante, que se metía en mi cabeza como si tuviera un agujero en la sien.
Entonces lo vi, con el rabillo del ojo... Abejas... Escuchaba abejas que se frotaban y chocaban las unas con las otras dentro de las paredes del barco... Crujidos de sus torsos invertebrados que no dejaban un minuto para respirar, el espeso sonido de sus patas al caminar por la cera... Cientos, miles, millones... Con sus mandibulas como tenazas que se abrían y cerraban con voracidad, mientras seguían trabajando, apretadas bajo las paredes...
Algo caliente me cayó en la parte superior del delantal... Un perfecto circulo rojo, seguido de otro más gande y, de golpe, una punzada de dolor... Entonces me di cuenta de que me estaba cosiendo el botón en la comisura de los labios ante la atenta mirada de mi señora.
Y el ruido seguía, como el zumbido incesante de lo panales de abeja.
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¡Y hasta aquí! Me gusta el resultado y espero que también os haya gustado a vosotros. Dentro de nada estará ya el salón del manga de mi ciudad, y con ello vendrá por fin el vlog que os prometí, ¡Haré muchas fotos, prometido!
Y poco más me queda por decir. ¡Feliz Halloween!
Un besito... ¡Y nos vemos en futuras entradas! <3
